Mantenimiento de las piscinas prefabricadas: Así se hace

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Cuando se trata de una piscina que tenemos en nuestro propio domicilio u casa, siempre nos asaltan las dudas de cómo hacer para que el agua esté bien regulada y la controlemos bien.

Es decir, para tener un agua limpia por más tiempo sin tener que cambiarla ni pasarla por procesos químicos, de manera más frecuente de lo que se debería. Y a la vez para que se mantenga más aceptable a nivel de salud y durante más tiempo.

Las piscinas prefabricadas ofrecen muchas ventajas respecto a otro tipo de piscinas.

Entre ellas está que el color de la piscina viene ya inserto en el material mismo de la piscina, con lo que no hay que pintarla y ahorramos tiempo y dinero en ese mantenimiento, que sí tendríamos que hacer si fuera desconchándose la capa de pintura.

Otra parte positiva es que las piscinas prefabricadas, al ser de una sola pieza, no van a tener filtraciones normalmente lo que nos supone un ahorro muy grande en obras y reparaciones, que en las piscinas de granito no siempre se pueden evitar.

A su vez, en contraposición a lo mencionado tiene otros efectos desfavorables, ya que cuando compramos una piscina prefabricada estas suelen ser, por lo general, piscinas de tamaño más bien pequeño, lo que da lugar a ciertas paradojas.

Por ejemplo, mucha gente no sabe que cuando una piscina es pequeña hay que esforzarse mucho más en su mantenimiento, en contraposición a lo que ocurre cuando tenemos una piscina más grande.

Y esto tiene su sentido, porque la suciedad que entra a una piscina pequeña no afecta de igual manera que la suciedad que entra a una piscina grande. Es decir, el agua de la piscina pequeña se pone en peor estado antes, al quedarse estancada generalmente por más tiempo haciéndose preciso limpiarla o cambiarla.

Por eso debemos tener nuestro propio equipo de filtración. Equipos de filtración que para las piscinas pequeñas no durarán mucho sino alrededor de uno o dos años, con lo que conlleva esto en términos de coste.

 

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No obstante, lo que recomiendan algunos expertos es intentar mantener el agua sin equipo de filtración de una forma estable a nivel tanto químico como sanitario, y cuando hayamos aprendido a hacerlo ya entonces añadir nuestro equipo de filtración.

De ese modo conoceremos mucho más cómo funciona nuestra piscina y cómo reacciona ante los elementos externos, y habremos aprendido a controlarla. Algunos expertos también recomiendan comprar los equipos de filtración propios de las piscinas más grandes, pero en su gama o versión más pequeña.

Esto se hace por la poca duración que tienen en particular los equipos de filtración de las piscinas pequeñas, que suelen durar una o dos temporadas como hemos dicho anteriormente.

Mientras que, en cambio, si lo cuidamos bien y se trata de un equipo propio de una piscina más grande, tendremos por lo general un producto más robusto y que, por lo tanto, tenderá a durar más.

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Otra ventaja que tenemos con las piscinas prefabricadas es que al tratarse de un material bastante liso, no suelen tener poros en sus paredes como ocurre con las piscinas de granito, en donde se pueden formar algas.

Es por todo esto por lo que se pueden caracterizar estas piscinas prefabricadas por un bajo mantenimiento, en cuanto coste y en cuanto a tiempo.

Entre todos los problemas que podemos encontrar cuando tenemos una piscina prefabricada en casa, suelen estar como hemos mencionado las algas o el propio agua, que se mantiene turbia en ocasiones.

Aunque por otra parte también existe, para nuestra satisfacción, el conocido como proceso de floculación.

Gracias a la floculación mejora mucho la calidad del agua, porque mediante este proceso la suciedad del agua adquiere mayor volumen, permitiendo que el filtro lo atrape y lo retenga con más facilidad, dejando una piscina más limpia.

Cabe destacar que el pH del agua de una piscina, idealmente estará entre los 7.0 y los 7.4 y que habrá que tener en cuenta una serie de hábitos en cuanto a nuestra piscina en los casos en los que, por ejemplo, nos vamos de vacaciones.

Estas costumbres o rituales en los momentos en los que nos vamos a ausentar durante un largo periodo de tiempo, se forman por el hecho de echar más cloro a la piscina así como algicida, y no dejar nunca de hacer funcionar la bomba, eso sí, haciendo reducir antes sus tiempos de funcionamiento.